La demanda de microelementos y elementos a granel esenciales por parte de los microorganismos que forman biogás es bien conocida. La mezcla de sustratos de una planta determina el suministro de elementos y su carga hidráulica la demanda concreta. Si bien en el pasado se suponía que el estiércol de granja (purines, estiércol, etc.) y la mayoría de las aguas residuales proporcionaban suficientes microelementos, la ciencia y la experiencia demuestran que para la producción de biogás se necesitan elementos muy específicos que no se utilizan en la producción de alimentos o piensos para animales. Como resultado, incluso las plantas de biogás con una mayor proporción de sustratos residuales adecuados se ven obligadas a complementar el suministro de microelementos a sus digestores para obtener el rendimiento total de gas de sus sustratos y/o lograr la utilización completa de la planta.

Como consecuencia de los diferentes regímenes de alimentación, el aporte de oligoelementos en las plantas de biogás difiere considerablemente. Por ello, la dosificación de los aditivos debe adaptarse a la ración, como es habitual en la alimentación animal; por un lado, para evitar un exceso de suministro que pueda provocar una inhibición; por otro, para evitar pérdidas de rendimiento debido a la deficiencia de elementos individuales. Al mismo tiempo, el objetivo de la industria del biogás y de la agricultura en general debe ser proteger las tierras cultivables y cumplir de forma segura los valores límite de las ordenanzas locales. Esto solo se puede lograr mediante una dosificación de oligoelementos a medida basada en análisis periódicos del digestor. Aquí es donde entra en juego el concepto Schaumann BioEnergy.